El capitalismo es un demonio hambriento y despiadado, es el
régimen más miserable y voraz que haya conocido la humanidad; no descansa hasta
quedarse hasta con las sobras de a explotación, ayudado por sus secuaces y
sirvientes, viles y rastreros.
Las medidas represivas usadas por este sistema no son
solamente físicas, también está el desgaste y abuso con los recursos destinados
a la salud, educación, saneamiento, etc. La problemática que genera esta
denuncia es la educación que junto a la salud son el pastel del que más se ha
lucrado la corrupción en Colombia.
El Municipio de Bello Antioquia, dentro del contexto
colombiano, es conocido en los últimos 20 años como uno de los focos más
grandes de corrupción, delincuencia organizada al servicio de las mafias y la
politiquería. La educación es uno de las más golpeadas por esta situación de
corrupción ya que es la que más presupuesto recibe y mueve. En Bello se refleja
la ambición desmedida de muchos politiqueros creando cooperativas de trabajo
para superexplotar “personal administrativo” (secretarias, aseadoras, personal
de mantenimiento, etc.), mal remunerado y ometido a jornadas extenuantes de
trabajo, retraso en su salario, pago tardío de parafiscales y salud, con todas
las consecuencias funestas que esto genera. La figura de cobertura educativa se
convirtió en uno de los negocios más jugosos para los corruptos politiqueros
bellanitas, la cual entrega cupos estudiantiles de los colegios oficiales a
operadores privados educativos, afines a la administración o de propiedad de
algunos caciques y servidores municipales, privatizando la educación y
poniéndola al servicio de la oscuridad, la religión y la ignorancia. Debido a
esta situación en Bello, muchas a instituciones educativas redujeron
profesores, pues lo que pretende este sistema hambriento es cantidad en las
aulas públicas, lo cual se traduce en una educación mediocre para que nuestro
pueblo siga sumido en la ignorancia, formando esclavos del rebusque que
alquilen casi gratis su fuerza de trabajo. Los maestros que “sobran” son
trasladados de manera arbitraria sin importar las condiciones laborales, los
traslados y las condiciones de seguridad a donde van, además con más carga de trabajo,
asumiendo responsabilidades para las que no se formaron, y en las cuales no
concursaron, ni fueron nombrados (caso de los docentes del “1278”). Lanzamos un
grito de indignación por medio de esta denuncia, a estos atropellos por parte
del capitalismo y la administración municipal, denunciando estas situaciones y
cerrando filas en contra del capitalismo y sus lacayos, los cuales son los
únicos culpables de la miseria, la guerra y el narcoparamilitarismo que
padecemos.